El cuento de la jungla
Los días no han pasado en vano. Pretendo subirme sobre tus hombros y transformarme en parte de tu escenario cotidiano. Quizás espero demasiado de mis sueños. Pero qué más podía hacer, si estabas ahí, recorriendo los lugares que tanto había deseado conocer. O tal vez era una de tantas ocasiones en las que me ensimismaba de tanto pensar en la revuelta de volverme parte de nuestro escenario cotidiano. ¡Y ni siquiera aparezco ante tus ojos!
Había dos cachorros de perro. Y uno de hombre. Los tres recorrieron durante un tiempo la extremadamente hostil jungla de la quinta de nuestro hogar. Pero en el camino, el negro saltó demasiado alto. O muy bajo. Mientras tanto, los otros dos cachorros lo buscaron incansablemente. Hasta que se agotaron.
Había dos cachorros de perro. Y uno de hombre. Los tres recorrieron durante un tiempo la extremadamente hostil jungla de la quinta de nuestro hogar. Pero en el camino, el negro saltó demasiado alto. O muy bajo. Mientras tanto, los otros dos cachorros lo buscaron incansablemente. Hasta que se agotaron.
sin comentarios
dejar un comentario