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Hola, este pseudónimo es un anagrama de mi apellido.

Nunca aprendí a escribir diálogos entre mis personajes, principalmente porque no podría imaginar a dos personas manteniendo conversaciones sin caer en los clichés de las frases armadas para facilitar el continuo flujo de ideas descabelladas sobre la divina providencia y otros bálsamos mundanos.

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Tercera parte (tarde, lo sé)

Momentos antes de su aparición, nuestro héroe recogió su machete rojizo y lo contempló en silencio. A pesar de tenerlo todas las noches sobre el velador, jamás pensó que lo utilizaría para defenderse de las oleadas delictivas. Tampoco imaginó que sería tan pronto. Ni siquiera se dio cuenta de la dificultad que encontraría para blandirlo frente a un adversario. Era enorme. Un metro de largo y tres kilos eran demasiada carga para su enclenque cuerpecito.

Quizás, olvidar los ejercicios le permitió sugerir al intelecto: era un ser pensante. Pero, a veces, examinar los acontecimientos es una tarea imposible. Cosa que nuestro hombre no esperaba. Y no estaba dispuesto a entender.

La pequeña ladronzuela se encogió de hombros.

- Olvidé algo en el baño.- Dijo, y desapareció del cuarto.

  1. Blogger photoholic | 9:14 a. m., noviembre 03, 2005 |  

    hola alvarito
    escribis bonito

  2. Anonymous Anónimo | 10:36 a. m., agosto 12, 2006 |  

    Wonderful and informative web site.I used information from that site its great.
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  3. Anonymous Anónimo | 12:11 a. m., enero 30, 2007 |  

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